martes, 20 de enero de 2009

PIEL


Necesitaba la envoltura del aire, como otras veces, encontrarse allí, en aquella playa salvaje.

La brisa fina, tenue, acariciaba deliciosamente su piel.

Disfrutaba esta sensación mecida por sus pensamientos sosegados por el cansancio y la falta de sueño.

Un frió repentino y extraño la obligó a cerrar la cremallera de su cazadora acolchada.

Paseó descalza por la orilla, el agua vino a besar respetuosamente sus pies

El cielo se tiñó de un gris denso, inquietante.

Las olas crecieron de forma violenta, no pudo evitarlo, corrió hacia atrás, totalmente mojada.

Escapaba secándose los ojos, cuando de pronto, se vio rodeada por un grupo de personas con aspecto de zombies, en su rostro, un gesto de odio infinito resbalaba por las esquinas de sus bocas.

Sacaban palabras de la mochila que cargaban en sus espaldas, palabras venenosas, sucias, raídas, estrechas apretadas, negras.

El pánico que debe sentir cualquier moribundo recorrió su columna, gritó aterrorizada.

Un desmayo la rescató, siendo devorada por el mar.

La arrastró hasta el centro de una cueva.

Desde el fondo del abismo vino a recuperar la conciencia, muerta de dolor.

Consiguió abrir los ojos después de incontables esfuerzos.

Observó que su cuerpo permanecía en el suelo de la cueva, cubierto de algas.

Se quedó dormida, en su sueño recordó como le habían clavado malas palabras, como dardos abrasivos en todo el cuerpo, estas se comían la piel.

Se quedó desnuda de piel, suplicó a todos los dioses morir, no quería vivir sin la piel que protege.

Solo conservaba la piel de sus párpados.

Pudo abrirlos de nuevo, lentamente, descubrió a otras personas que se movían en aquel espacio como ella sin piel.

Se aplicaban unos a otros compresas de algas en la zona del corazón. Algunos tenían una fina película que podría ser la futura piel.

8 comentarios:

Marisa dijo...

Merce hay muchas personas que
vivían sin piel que las protegiera
hasta que se dieron cuenta que necesitaban de una coraza, para que no vulneraran su cuerpo, su espíritu. Pero como eso tampoco les servía decidieron volver a
vivir sin piel.Ahora son tantos
y con tanta fuerza que les respetan.
Un abrazo.

pasaxeira dijo...

he llegado aquí a través del blog de Lasosita. Decirte que me ha encantado este relato y como escribes... y que si no te importa seguiré viniendo...
saludos

Susi DelaTorre dijo...

Qué maravillosa entrada. Primero me llené con el olor salobre, con las salpicaduras frías, con el tacto de las rocas. Después con las imágenes de pesadilla...

Me ha gustado muchísimo, Merce...

Besos con palabras blancas!!

merce dijo...

Marisa, si, creo que esa piel nueva...,transparente....la hizo descubrirse... mas...auntentica.
Un gran abrazo!!!
Bienvenida,pasajera!!!es un placer, que gracias a lasosita pases por aquí. Un abrazo.
Eso, palabras blancas... que habiten como dulce murmullo, dentro y al otro lado de la propia piel. En esta aventura ... existen...y acompañan. Lasosita, BESOS.

merce dijo...

Marisa, si, creo que esa piel nueva...transparente...la hizo descubrirse...mas auntentica, pero tanto dolor...
Un gran abrazo!!!

merce dijo...

Binvenida, pasajera!!!es un placer, que gracias a Lasosita, pases por aquí. Un abrazo.

merce dijo...

Lasosita, eso, palabras blancas...que habiten como dulce murmullo, dentro... y al otro lado de la propia piel. En esta aventura...existen...y acompañan.
Un abrazo.

Alosia dijo...

Me siento identificada con tu relato.
¿No sera una cueva de Blogers?
La foto que acompaña a tu relato es cautivadora, justo cuando la ola estalla con toda su fuerza arrasadora.
Saludos. Alosia


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