Extraño todo de ti.
Ella se había permitido ser, la risa, frente a la luna, en medio de la noche, hasta el
amanecer.
El susurro suave, ondulando, en el eco de sus besos. Amaba hablar en voz baja y hacer
pausas, escuchando el silencio. Como si el silencio fuese el fiel amigo de los dos. Hablaba el.
Le había besado los ojos. Ese gesto.
Ser, estar, ahí . Entregada, en el infinito de sus ojos. En la caricia.
Sintiéndose.
Descubriéndose. Como si nunca antes hubieran existido.
CARCAJADAS
Hace 45 minutos
3 comentarios:
Siempre, ese tono sensible tuyo. Una maravilla en letras!!
Muchas gracias sosita, por leerme. UN ABRAZO.
Me encantan tus palabras pintando sentimientos
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